Citocinas
Las citocinas son pequeñas proteínas solubles que tienen una participación importante durante el desarrollo de la respuesta inmunitaria innata; así como también, durante una respuesta inmunitaria adaptativa; estas proteínas participan en un proceso de “comunicación” intercelular que permite que todas las células del sistema inmunitario elaboren una respuesta coordinada frente al microorganismo responsable de una infección.
En tal
sentido, las citocinas tienen acciones importantes en las diferentes fases de la
respuesta inmunitaria. En la fase de activación estimulan la proliferación y
diferenciación de los linfocitos y la fase efectora activan diferentes células
para eliminar microorganismos y otros antígenos. Finalmente, las citocinas
también tienen efectos importantes durante el desarrollo y maduración de las
células sanguíneas.
Las citocinas son proteínas pequeñas
En su
mayoría, las citocinas son polipéptidos (en ocasiones glicosiladas y
monoméricas) de carácter soluble, de bajo peso molecular, sintetizadas y
secretadas por las células del sistema inmunitario (aunque también otras
células, como las células endoteliales pueden sintetizarlas y secretarlas) en
respuesta a un patógeno, los productos elaborados por ellos u otras señales
relacionadas con el proceso infeccioso. Dentro de la denominación genérica de
citocina se consideran a las linfocinas, monoquinas, quimiocinas,
interleucinas, interferones y factores estimulantes de colonias. Estas
denominaciones hacen referencia al origen celular de la citocina (Ej.,
linfocina, producida por linfocitos) o a su función (Ej., quimiocina que tiene
función quimiotáctica).
Las citocinas son sintetizadas sólo cuando hay
una infección y tienen una vida media corta
Las
células que sintetizan citocinas son activadas ante la presencia de un patógeno
u otras señales, lo cual provoca la síntesis de un ARN mensajero que es
inmediatamente traducido para dar origen a la proteína, este mensajero es
inestable por lo que se degrada rápidamente; por otra parte, las citocina no se
almacenan, por el contrario son sintetizadas e inmediatamente secretadas. Esto
trae como consecuencia que la secreción de una citocina sea un acontecimiento
breve y autolimitado; es decir, se producen y secretan sólo cuando el organismo
las necesita.
Las citocinas tienen acciones pleiotropicas y
redundantes
El
pleiotropismo se refiere al hecho de que una citocina en particular pueda
actuar simultáneamente sobre diferentes células induciendo efectos diferentes
en cada una de ellas (Figura 1). Por otra parte, las citocinas son redundantes
ya que varias citocinas pueden tener el mismo efecto biológico.
Figura 1. Propiedades de las citocinas. Pleiotropismo
y redundancia de las citocinas
Estas dos
propiedades de las citocinas tienen consecuencias importantes desde el punto de
vista clínico y terapéutico; suponga que se utiliza una citocina “X” para
tratar una patología en particular, la administración terapéutica de dicha
citocina podría generar numerosos efectos secundarios debido al pleiotropismo
de la citocina. Por otra parte, debido a que las acciones de las citocinas son
redundantes, una mutación en el gen que codifica una citocina en particular o
el uso de un antogonista puede tener poco o ningún efecto pues existen otras
citocinas que comparte sus efectos biológicos y podrían compensarla.
Las citocinas influyen en las acciones de otras
citocinas
Una
citocina puede estimular la síntesis de otra citocina generando una cascada, en
este caso los efectos biológicos son inducidos por la última citocina. En otras
ocasiones dos citocinas pueden actuar simultáneamente sobre una célula
induciendo el mismo efecto (en forma sinérgica) (Figura 2) o dos citocinas
pueden tener efectos opuestos al actuar sobre la misma célula (de manera
antagónica).
Los efectos de una citocina pueden ser locales
y/o sistémicos
En la
mayoría de los casos las citocinas actúan sobre una célula cercana a la célula
que secreta la citocina (acción paracrina). De hecho, se utiliza el término
sinapsis inmunitaria ya que, por ejemplo, los linfocitos T secretan citocinas
que tienen efecto sobre las células presentadoras de antígeno en el punto de
contacto entre ambas células durante el reconocimiento del antígeno. En otras ocasiones las citocinas actúan en
forma autocrina pues los efectos biológicos se observan en la célula que
secretó la citocina.
En las
situaciones descritas anteriormente, los efectos biológicos son locales ya que
se limitan al sitio donde se está generando la respuesta inmunitaria; sin
embargo, cuando los niveles de una citocina en particular aumentan, ésta
alcanza la circulación sanguínea y actúa sobre células que se encuentran lejos
del sitio de producción (acción endocrina) generando efectos sistémicos.
Los efectos de las citocina se inician al
unirse a un receptor
Las
células que son blanco de la acción de una citocina deben expresar en su
membrana plasmática receptores para la citocina. Estos receptores son
glucoproteínas ancladas a la membrana plasmática de la célula blanco cuya
función es transmitir una señal al interior de la célula que genera cambios en
la expresión genética de la célula diana, lo que da lugar a la expresión de
nuevas proteínas y a veces, a la proliferación de las células blanco. En muchos
casos la expresión de estos receptores está controlada por señales externas
tales como el reconocimiento del antígeno; esto significa que si el
reconocimiento antigénico no ocurre, la célula diana no expresará el receptor y
por ende no habrá efecto asociado a la citocina. En otros casos la célula
expresa un receptor para la citocina pero éste es de muy baja afinidad por lo
cual, en bajas concentraciones la citocina no tiene efecto sobre la célula; no
obstante, cuando la célula recibe el estímulo apropiado la afinidad del
receptor por la citocina aumenta y ésta puede así ejercer sus efectos
biológicos sobre la célula. Un ejemplo de esto se observa con el receptor para
IL-2 y la citocina IL-2. Tanto los linfocitos T vírgenes como los activados
expresan el receptor para IL-2 pero solo los linfocitos T activados proliferan
en respuesta a la IL-2 ya que la afinidad del receptor para IL-2 expresado en
los linfocitos T activados es superior a la del receptor para IL-2 expresado
por los linfocitos T vírgenes.
Por otra
parte, las células blanco expresa un número relativamente bajo de receptores
para citocina; sin embargo, este bajo número de receptores es suficiente para
inducir una respuesta; probablemente debido a que la afinidad de estos
receptores por sus ligandos (la citocina) es muy elevada.
Las citocinas pueden ser clasificadas según sus
funciones
Las
citocinas son un grupo heterogéneo de proteínas; sin embargo, es posible
clasificarlas en cuatro grupos de acuerdo con sus principales acciones
biológicas. En próximas entradas describiremos cada grupo y daremos las fuentes
y funciones biológicas de algunas citocinas.
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