Receptores para los componentes del sistema de complemento
Muchas de las actividades biológicas del complemento están mediadas por moléculas receptoras presentes en la membrana plasmática de diversas células y que se unen específicamente a los fragmentos derivados de la activación del sistema de complemento; tales como C3b, C4b, C5a, C3a y C4a (Cuadro 1).
Cuadro 1: Receptores de los componentes del complemento
CDF= célula dendrítica folicular, ICAM= molécula de adhesión intercelular, VEB= virus de Epstein BarrEl receptor para complemento tipo 1 (CR1 o CD35) se expresa en todas las células de la sangre, excepto en las plaquetas. En monocitos y neutrófilos, el CR1 reconoce opsoninas como el C3b y C4b; lo que favorece la ingestión de microorganismos recubiertos por cualquiera de estos dos componentes del complemento. La unión del CR1 al C3b y/o C4b depositado sobre los microorganismos genera señales que activan los mecanismos microbicidas del fagocito, estas acciones son reforzadas gracias a la interacción entre el Fc de la IgG y el receptor FcγRI o por las señales generadas a partir del receptor del IFN-γ (una citocina producida por los linfocitos T).
Otra de las funciones de este receptor es promover la eliminación de complejos inmunológicos. El CR1 expresado por los eritrocitos atrapa complejos inmunológicos y los transportan hasta el hígado o el bazo, en estos órganos el complejo inmunológico es retirado (o removido) por los fagocitos residentes; luego, el eritrocito regresa a la circulación libre del complejo inmunológico.
El CR1 también se expresa en las células dendríticas foliculares (CDF); el CR1 de las CDF de los centros germinales atrapa antígenos que han fijado C3b, proceso que es importante para la diferenciación de los linfocitos B en células plasmáticas productoras de anticuerpos de alta afinidad de la respuesta adaptativa de tipo humoral. Como ya se mencionó, el CR1 es también un regulador de la activación del complemento.
El receptor para complemento tipo 2 (CR2 o CD21) se expresa en linfocitos B y en CDF. En los linfocitos B el CR2 es parte del complejo correceptor de la célula B. Se une a los productos de la degradación del C3b presentes en la superficie del patógeno (tales como iC3b, C3d y C3dg). Cuando el receptor de la célula B interactúa con el antígeno, las señales generadas por el receptor se intensifican si en forma simultánea el CR2, del complejo correceptor, interactúa con alguno de los fragmentos derivados de la degradación del C3b. En las CDF de los centros germinales, el CR2 atrapa antígenos que han fijado los productos de la degradación del C3b. Además, el CR2 (o CD21) es conocido como receptor para el virus de Epstein Barr, un herpesvirus responsable de la mononucleosis infecciosa y de ciertos tumores.
El receptor para complemento tipo 3 (CR3 o CD11b/CD18) y tipo 4 (CR4 o CD11c/CD18) son integrinas que se unen a iC3b depositado sobre la superficie de un patógeno. El CR3 y el CR4 expresado en la superficie de los fagocitos, estimulan la fagocitosis. El CR3 también se conoce como Mac-1, éste puede interactuar directamente con moléculas presentes en los microorganismos y favorecer su ingestión. Además, estas integrinas se unen a la molécula ICAM-1 (del inglés, intercellular adhesion molecule 1) expresada en células endoteliales estimuladas por citocinas inflamatorias, la interacción entre las moléculas CR3 y CR4 expresada en neutrófilos y monocitos con la molécula ICAM-1 promueve la adherencia de estas células al endotelio en los lugares de inflamación, lo que permite después, el paso de estas células hacia los focos infecciosos.
El receptor para complemento de la familia de las inmunoglobulinas (CRIg) se expresa en macrófagos hepáticos y participa en la fagocitosis de microorganismos que han fijado C3b y/o iC3b y que se dispersan por vía hemática.
El receptor de C1q (C1qR), es un receptor para el complemento poco descrito que une C1q y se expresa en monocitos, macrófagos, células endoteliales y plaquetas; se ha señalado que facilita la fagocitosis y promueve la eliminación de complejos inmunológicos.
Receptores de anafilotoxinas (C5aR, C3aR y C4aR), estos receptores se expresan en mastocitos o células cebadas; la unión de C5a, C4a y C3a a estos receptores ocasiona su desgranulación y con ello la liberación de histamina (una aminavasoactiva) que aumenta la permeabilidad vascular y causa vasodilatación. Esto trae como consecuencia la salida de proteínas plasmáticas y células desde la sangre hacia a los tejidos; dichas proteínas y células combatirán la infección. Estas reacciones son similares a las observadas en la anafilaxia por ello el C5a, C3a y C4a se conocen como anafilotoxinas.
Por otra parte, el C5a induce el reclutamiento de leucocitos, particularmente neutrófilos y monocitos ya que estimula su movilidad y adherencia a las células endoteliales. Así mismo, el C5a incrementa el poder microbicida de los fagocitos al estimular el estallido respiratorio. Además, la interacción entre el C5a y estos receptores expresados en las células endoteliales, induce la expresión de selectina P (una molécula de adhesión) que favorece la adherencia de leucocitos al endotelio.
Comentarios
Publicar un comentario