Células del sistema inmunitario, continuación
Los linfocitos son los responsables de la memoria y la especificidad de respuesta inmunitaria adaptativa
Los linfocitos son también leucocitos que circulan en sangre periférica (Figura 1), representan entre 15 y 20% del total de células blancas de un adulto sano. Son las únicas células capaces de reconocer diversos antígenos y distinguirlos en forma específica, por ello son las células responsables de dos de las características más importantes de la respuesta inmunitaria adaptativa: la especificidad y la memoria.
Figura 1. Linfocito y célula plasmática. A. Linfocito. Frotis de sangre periférica, Coloración Giemsa 400x (microfotografía cedida gentilmente por el Lic. Barroyeta J. Laboratorio de Investigaciones Microbiológicas. Facultad de Ciencias de la Salud, Sede Aragua. Universidad de Carabobo). B. Célula plasmática. C. y D. Micrografía electrónica de un linfocito y de una célula plasmática, respectivamente. Tomada de Ham AW, 1982
Aunque desde el punto de vista morfológico los linfocitos son indistinguibles, los linfocitos pueden diferenciarse en varias subpoblaciones con base a los productos que elaboran y a las moléculas que expresan en su membrana (Cuadro 1). Los linfocitos B productores de anticuerpos, se desarrollan parcialmente en la médula ósea, los linfocitos T mediadores de la inmunidad celular se desarrollan en el timo a partir de un precursor procedente de la médula ósea; a su vez los linfocitos T y B pueden diferenciarse en varios subgrupos o subpoblaciones caracterizados por varios marcadores de membrana y sus funciones.
Cuadro 1. Subpoblaciones de linfocitos
RII= respuesta inmunitaria innata, RIA= respuesta inmunitaria adaptativa, CPH= complejo principal de histocompatibilidad, CD= (CD, del inglés cluster of differentiation) grupo de diferenciación; moléculas de membrana reconocidas por un grupo de anticuerpos monoclonales
Los dos subgrupos fundamentales de linfocitos T son los linfocitos T cooperadores y los linfocitos T citolíticos; ambos expresan un receptor antigénico llamado heterodímero α/β pero pueden distinguirse por la expresión de las moléculas CD4 y CD8, respectivamente (Cuadro 1). Un tercer grupo de linfocitos T con receptores antigénicos α/β son los linfocitos T reguladores los cuales secretan citocinas las cuales controlan la respuesta inmunitaria, estos últimos pueden ser diferenciados del resto de los linfocitos gracias a la expresión de las moléculas CD4 y la molécula CD25. Los linfocitos T γ/δ son otro grupo de linfocitos T que se caracterizan, entre otras cosas, por expresar un tipo diferente de receptor antigénico, el heterodímero γ/δ y pese a que cumplen funciones similares a los linfocitos T α/β, la mayoría no expresan ni CD4 ni CD8.
Los linfocitos B se caracterizan por la secreción de anticuerpos, su receptor antigénico está representado por un anticuerpo de membrana; se han descrito diferentes subgrupos de linfocitos B entre ellos los linfocitos B foliculares, los linfocitos B-1 y los linfocitos B de la zona marginal; las funciones de estos subgrupos de linfocitos B serán descritas más adelante. Los receptores de las células B foliculares y las células T α/β siguen una distribución clonal, esto significa que hay muchos clones de linfocitos B y T cada clon posee un receptor antigénico diferente, razón por la cual cada uno tiene una especificidad distinta y en consecuencia cada clon es capaz de reconocer un determinante antigénico en particular.
Todos los miembros de un determinado clon de linfocitos expresan receptores de antígeno que reconocen el mismo epítope (hipótesis de selección clonal). Los genes que codifican los receptores antigénicos de los linfocitos se forman por recombinación de segmentos de ADN o recombinación somática durante su maduración.
Además de los linfocitos T y B, existen otras subpoblaciones de linfocitos que son designados como linfocitos pero no encajan en la designación de linfocitos T o B. Los linfocitos citolíticos naturales o también llamados células asesinas naturales los cuales realizan funciones similares a los linfocitos T citolíticos pero carecen de receptores antigénicos α/β o γ/δ, tampoco tienen anticuerpo de membrana (por lo que se les conoce también como células nulas) y sus receptores no son codificados por los genes que sufren recombinación somática, por lo que no siguen una distribución clonal.
Los linfocitos NK-T comparten características con los linfocitos citolíticos naturales y con los linfocitos T, poseen receptores α/β codificados por genes que sufren recombinación somática pero hacen uso restringido de los segmentos de ADN que contribuyen a formar los receptores antigénicos por lo que su diversidad es limitada. El uso restringido de los segmentos de ADN que contribuyen a formar los receptores antigénicos también ocurre durante la formación de los receptores de los linfocitos T γ/δ y los linfocitos B1. Debido a la diversidad limitada de los receptores antigénicos expresada por los linfocitos NK-T, los linfocitos T γ/δ y los linfocitos B1, se consideran parte del sistema inmunitario innato.
Por otra parte, los linfocitos (B o T) pueden ser clasificados según sus antecedentes de exposición al antígeno en vírgenes, efectores y de memoria; cada uno cumple funciones distintas y expresan en su membrana moléculas diferentes.
Los linfocitos vírgenes son linfocitos maduros, completamente desarrollados que provienen de la médula ósea o del timo pero no han estado en contacto con el antígeno y que se encuentran en reposo, circulan en sangre periférica y la linfa y permanecen la mayor parte del tiempo en los ganglios linfáticos o el bazo, de hecho son el tipo de linfocito predominante de los órganos linfáticos secundarios o periféricos (ver próximo post). Estas células morirán al cabo de un par de meses si no reconocen el antígeno para el cual tienen especificidad.
Los linfocitos efectores son producto del reconocimiento antigénico y de la activación. Tienen la capacidad de eliminar el antígeno; así los linfocitos B se diferencian en células plasmáticas (Figura 1, arriba) productoras y secretoras de anticuerpos. Los linfocitos T cooperadores (CD4+) efectores expresan en su membranas moléculas como el FasL y CD40L (moléculas efectoras que se describirán posteriormente) y además sintetizan y secretan diversas citocinas. Los linfocitos T citolítico (CD8+) efectores poseen gránulos en su citoplasma que contienen proteínas que destruyen células infectadas o células tumorales. Además las células efectoras, a diferencia de los linfocitos vírgenes, no predominan en los órganos linfáticos periféricos sino que permanecen la mayor parte del tiempo en los tejidos donde pueden interactuar con el antígeno, activarse y llevar a cabo sus funciones.
Los linfocitos de memoria pueden sobrevivir muchos años en un estado latente desde el punto de vista funcional, son las células responsables de las respuestas inmunitarias secundaria; la mayoría de ellos circulan en sangre o residen en los tejidos de las mucosas e incluso en la médula ósea, desde donde pueden ser reclutados hacia cualquier foco infeccioso y dar inicio a una respuesta rápida que permita eliminar el antígeno.
Muy interesante gracias por la información tan valiosa que presenta
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