Microscopio óptico

El microscopio óptico o de luz es un instrumento óptico destinado a la observación de objetos, células y microorganismos cuyo tamaño es inferior al límite de resolución del ojo humano y que, por lo tanto, son extremadamente pequeños para su observación a simple vista. El microscopio de luz más común y más fácil de usar es el microscopio de campo claro o luminoso. El desarrollo de este instrumento se asocia a los trabajos realizados por Anton van Leeuwenhoek. Este tipo de instrumentos contienen una o varias lentes (microscopio simple o compuesto) y permiten obtener, como ya se dijo, una imagen aumentada del objeto (hasta 1.000 veces su tamaño real) y funciona gracias al fenómeno de refracción.

En la microscopía óptica o de luz, la luz pasa a través del espécimen y luego por una serie de lentes magnificadores (objetivo y ocular). La combinación de estos lentes agranda el objeto por un factor que es igual al producto de la magnificación (o aumento) de cada lente. La mayoría de los microscopios compuestos tienen una selección de lentes objetivos que son de potencias diferentes, por lo general 4X, 10X, 40X, y 100X, lo que permite la elección de magnificaciones diferentes con un mismo instrumento. Así mismo, los oculares pueden tener diferentes aumentos pero por lo general son de 10X. 


El microscopio óptico cuenta con partes ópticas y mecánicas

Figura 1: El microscopio de luz y sus partes. El microscopio óptico cuenta con una serie de elementos ópticos como el ocular y los objetivos y elementos mecánicos como el revólver, la platino y los tornillos ajustadores (macro y micrométrico)

La utilidad del microscopio no depende únicamente de su grado de magnificación sino de su capacidad para separar con claridad dos objetos muy cercanos, es decir también depende de su resolución. La fuerza de resolución de un microscopio puede ser definida como la distancia mínima existente entre dos objetos cuando aún puede observarse como entidades separadas y por lo tanto determina cuantos detalles pueden observarse; depende de la calidad de las lentes, la longitud de onda de la luz, de la magnificación y de la manera en que se ha preparado el espécimen a observar. La resolución del mejor microscopio es 0,2 μm lo cual es suficiente para distinguir bacterias pero no virus.

Para obtener una buena resolución al usar objetivos de alta potencia como el objetivo de 100X debe usarse aceite; el aceite desplaza el aire entre el lente y el espécimen y esto evita la desviación de los rayos de luz, mejorando la resolución.

Finalmente, para revelar la mayor información posible de un espécimen es necesario tener un buen contraste. El contraste refleja la cantidad de tonos visibles en el espécimen, siendo el alto contraste los tonos blancos y negros. La falta de contraste dificulta la observación de los objetos (Ej., las bacterias son transparentes) esto puede resolverse al teñir la preparación. 

En un microscopio se describen dos partes: a) la parte óptica representada por dos lentes que magnifican la imagen (objetivo y ocular), el condensador y el diafragma y b) la parte mecánica que sostiene el sistema óptico y consta de la base o pie, el brazo, la platina, los tornillos macro y micrométrico, el revólver y el diafragma o iris. 

Para una buena observación microscópica es necesario reunir dos condiciones esenciales: iluminación conveniente y enfoque correcto. La iluminación se obtiene utilizando fuentes luminosas adecuadas que pueden ser: luz del día (natural) utilizando la cara plana de un espejo o luz artificial mediante el uso de lámparas eléctricas adaptadas al microscopio. Los microscopios modernos utilizan lámparas en lugar de espejos ya que las lámparas proporcionan una fuente de luz estable y controlable. Cuando se examinan materiales con grandes aumentos la luz debe ser intensa, en cambio con menores aumentos conviene usar luz más atenuada. La intensidad de la luz se regula desplazando en sentido vertical el condensador y graduando la apertura del diafragma; una vez obtenida la iluminación adecuada se realiza el enfoque del objeto.

Para lograr un buen enfoque debe considerarse si se trabaja con objetivos secos (4X, 10X y 40X) o con objetivos de inmersión (100X). Es recomendable comenzar la observación con el objetivo de menor aumento, ya que es más fácil el enfoque y abarca mayor campo del preparado. Este enfoque se hará por medio del tornillo macrométrico y de abajo hacia arriba, lo cual evita daños al portaobjeto y sobre todo a los objetivos. Para hacer esto, se aproxima el objetivo al portaobjeto por medio del tornillo macrométrico mientras se mira lateralmente, hasta obtener contacto con la lámina o hasta llegar al tope (NUNCA FORZAR); luego “mirando por el ocular” se hace subir el tubo óptico hasta ver claramente el objeto. Para colocar un objetivo de mayor aumento, se hace girar el revólver y se efectúa el enfoque final con el tornillo micrométrico, esto permitirá aclarar la imagen obtenida.

Si el enfoque se realiza usando el “objetivo de inmersión” (ó 100X) es necesario depositar sobre la preparación una gota de aceite de inmersión o de cedro. El objetivo debe estar en contacto con dicha sustancia, de modo que no se interponga aire entre el objeto y el sistema óptico. 

Existen una serie de factores que interfieren en un buen enfoque entre ellos se mencionan:

  • Oculares sucios (girarlo y ver si las partículas de polvo se desplazan en círculo)

  • Lamina porta y cubre objetos sucios

  • Observar coloraciones teñidas colocando la lámina invertida

  • Diafragma muy abierto y condensador alto o lo contrario


Los microscopios son extremadamente útiles en el laboratorio y debido a su costo y a que muchas veces la capacidad de respuesta en el laboratorio depende de este instrumento es indispensable cuidarlos y conservarlos en buen estado. Por ello se recomienda: 


  • Mantener limpio el microscopio (platina, lentes y sistema mecánicos)

  • Limpiar siempre el objetivo de inmersión después de usarlo (si el aceite se ha secado o endurecido en los lentes, se pueden limpiar con papel de lentes humedecido en xilol). De igual forma, después de usar el objetivo de inmersión, tomar una gasa impregnada con alcohol isopropílico y limpiar cuidadosamente el mismo (Con una gasa seca eliminar el exceso).

  • No forzarlo, todas las conexiones y mecanismos deben funcionar suave y fácilmente.

  • No tocar NUNCA las lentes. Si las lentes están sucias, limpiarlas suavemente con papel limpia lente o gasa estéril.

  • No intercambiar los objetivos y oculares entre distintos microscopios.

  • No bajar el tubo del microscopio con el tornillo macrométrico de enfoque, mientras se está mirando por el ocular.

  • No dejar el portaobjeto sobre la platina cuando no se esté usando el microscopio.

  • Al terminar de usar el microscopio dejarlo con el objetivo de MENOR AUMENTO y guardarlo cubierto en su caja. 



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